Harina + Agua Hervida! ¡No me canso de cocinarlos! ¡Aún no has visto tal preparación!

Introducción

Si alguna vez has buscado una receta que sea tanto sencilla como deliciosa, no busques más. Esta receta de Harina + Agua Hervida es increíblemente fácil de preparar, utilizando solo cuatro ingredientes básicos que todos tenemos en nuestras cocinas. Pero no te dejes engañar por su simplicidad, el resultado es un plato increíblemente sabroso y versátil, perfecto para cualquier ocasión.

Historia de la receta

La combinación de harina y agua hirviendo es una técnica culinaria antigua que se ha utilizado en diversas culturas alrededor del mundo. En la cocina asiática, esta mezcla es la base para muchos tipos de panes y pasteles al vapor. En la cocina europea, especialmente en la mediterránea, se utiliza para crear diversas variedades de panes planos. La versatilidad de esta preparación radica en su capacidad para adaptarse a diferentes sabores y estilos de cocina, haciendo de esta receta un verdadero clásico que ha perdurado a lo largo del tiempo.

Ingredientes

Para preparar esta receta, necesitarás los siguientes ingredientes:

  • Harina: 700 gramos
  • Sal: 1,5 cucharaditas
  • Agua hirviendo: 500 ml
  • Mantequilla: 100 gramos

Utensilios de cocina necesarios

Asegúrate de tener a mano los siguientes utensilios de cocina:

  • Un bol grande para amasar
  • Un rodillo para extender la masa
  • Una sartén antiadherente
  • Una cuchara de madera para revolver la masa
  • Papel absorbente para escurrir el exceso de aceite

Instrucciones paso a paso

1. Preparación de la masa

  1. Mezcla los ingredientes secos: En un bol grande, combina la harina y la sal. Esta mezcla básica servirá como la base de nuestra masa.
  2. Añade el agua hirviendo: Vierte el agua hirviendo sobre la harina. La alta temperatura del agua ayudará a cocinar parcialmente la harina, dándole una textura suave y manejable.
  3. Mezcla vigorosamente: Usa una cuchara de madera para mezclar la harina y el agua hasta obtener una mezcla homogénea. La masa debe ser suave y sin grumos.
  4. Reposo de la masa: Deja reposar la masa durante 10 minutos, cubriéndola con un paño húmedo. Este paso es crucial para permitir que la harina absorba completamente el agua y desarrolle su gluten.

2. Formado de la masa

  1. Divide la masa: Pasado el tiempo de reposo, divide la masa en bolitas del tamaño de una nuez. Esto facilitará el manejo y asegurará que cada porción sea uniforme.
  2. Extiende la masa: Con un rodillo, enrolle cada bola finamente hasta darle forma redonda. Asegúrate de que la masa esté bien estirada y delgada para obtener una textura crujiente.

3. Cocción

  1. Engrasa la masa: Engrasa cada lado de la masa con mantequilla derretida. Esto no solo evitará que se pegue, sino que también añadirá un delicioso sabor a cada porción.
  2. Espolvorea almidón: Espolvorea ligeramente almidón por ambos lados de la masa. Esto ayudará a que la masa se mantenga crujiente durante la cocción.
  3. Calienta la sartén: En una sartén antiadherente, calienta un poco de mantequilla o aceite vegetal a fuego medio.
  4. Fríe la masa: Fríe cada lado de la masa hasta que esté dorado y crujiente. Asegúrate de no sobrecargar la sartén para permitir una cocción uniforme.
  5. Escurre el exceso de aceite: Una vez listo, escurre el exceso de aceite sobre papel absorbente.

Variaciones y consejos adicionales

  • Añadir hierbas y especias: Puedes personalizar esta receta añadiendo hierbas frescas como perejil, cilantro o albahaca a la masa. También puedes experimentar con especias como el comino, la cúrcuma o el pimentón para darle un toque extra de sabor.
  • Rellenos sabrosos: Otra excelente manera de disfrutar de esta masa es usándola como base para empanadas o pasteles. Simplemente rellena cada bola de masa con tu mezcla de ingredientes favorita antes de estirarla y cocinarla.
  • Almacenamiento: La masa preparada puede conservarse en el refrigerador por hasta 24 horas. Simplemente cúbrela bien con papel film para evitar que se seque.

Beneficios nutricionales

Esta receta no solo es deliciosa, sino también nutritiva. La harina proporciona una buena fuente de carbohidratos, necesarios para la energía. La mantequilla añade grasas saludables que son esenciales para una dieta equilibrada. Además, al preparar esta masa en casa, puedes controlar la cantidad de sal y grasa, haciendo de esta una opción más saludable en comparación con productos comerciales.