Estas exquisitas galletas tienen su origen en las cocinas imperiales de Viena, donde los konditorei (maestros pasteleros) guardaban celosamente sus recetas. Inspiradas en la tradición de los Haselnusskekse, estas delicias aterciopeladas combinan la nobleza de las avellanas con el calor aromático de la canela.
Ingredientes (Para 24 galletas)
- 300 g de avellanas molidas
- 200 g de azúcar fino
- 3 claras de huevo grandes
- 5 ml de extracto puro de vainilla
- 10 g de canela de Ceylán
- 2 g de sal marina fina
- 24 avellanas enteras tostadas
- 100 g de azúcar glass para recubrir
Preparación Detallada
1. El Arte de la Preparación
Comienzo preparando mi espacio de trabajo como lo harían en las cocinas imperiales. Precaliento el horno a 165°C con calor arriba y abajo, y forro dos bandejas con papel pergamino de la mejor calidad.
2. La Base Aromática
En un recipiente de cristal, mezclo las avellanas finamente molidas con el azúcar. Añado la canela de Ceylán, conocida por su delicado aroma floral, y la pizca de sal que realzará todos los sabores. Este paso es crucial para crear la base perfecta de nuestras galletas.
3. El Toque de la Vainilla
En un bol impecablemente limpio, monto las claras de huevo hasta obtener una espuma suave y sedosa. Incorporo con delicadeza el extracto de vainilla, que aportará profundidad y calidez a nuestras galletas.
4. La Unión Mágica
Con movimientos envolventes, incorporo la mezcla de claras a los ingredientes secos. Trabajo la masa con suavidad, como si estuviera tratando con seda, hasta obtener una pasta homogénea y maleable.
5. El Descanso Imperial
Envuelvo la masa en film transparente y la dejo reposar en el refrigerador durante una hora. Este paso es esencial para que los sabores se entrelacen y la masa alcance la consistencia perfecta.
6. El Arte del Modelado
Con manos ligeramente húmedas, formo bolitas uniformes de aproximadamente 25 g cada una. Las paso por azúcar glass hasta que queden completamente cubiertas, como si estuvieran envueltas en un manto de nieve invernal.
7. El Toque Final
Coloco una avellana tostada en el centro de cada galleta, presionando suavemente. Este detalle no solo es decorativo, sino que también nos da una pista del tesoro que se esconde en el interior.
8. La Transformación
Horneo las galletas durante 12-15 minutos, vigilando con atención. Deben quedar ligeramente doradas en la base pero mantener su palidez en la superficie, como las porcelanas finas de la corte vienesa.
Información Nutricional (por galleta)
- Calorías: 130 kcal
- Proteínas: 3,5 g
- Carbohidratos: 11,8 g
- Grasas: 8,5 g
- Fibra: 1,7 g
- Azúcares: 8,9 g
Secretos del Palacio
- Tuesta ligeramente las avellanas antes de molerlas para intensificar su sabor.
- La canela de Ceylán es más dulce y aromática que la cassia común.
- La temperatura de las claras debe ser ambiente para un montado perfecto.
- Un toque de sal realza el sabor de las avellanas y equilibra el dulzor.
Conservación Real
Estas joyas de la repostería se mantienen perfectas durante una semana en una lata hermética, separadas por capas de papel de hornear. Como los buenos vinos, sus sabores se intensifican después de 24 horas.
Presentación Imperial
Dispongo estas delicias en una bandeja de plata o porcelana fina, creando un patrón en espiral. Las acompaño con café vienés o chocolate caliente especiado para una experiencia verdaderamente real.
Estas galletas son la prueba de que la verdadera nobleza reside en la simplicidad. Su textura, que combina un exterior ligeramente crujiente con un interior suave y húmedo, junto con la perfecta armonía entre las avellanas y la canela, las convierte en un manjar digno de la realeza.
El secreto de su éxito no solo está en los ingredientes de primera calidad, sino en la paciencia y el amor con que se preparan. Como dicen los maestros pasteleros vieneses: “La perfección no se alcanza por casualidad, sino por la dedicación a los pequeños detalles”.