Galletas Marroquíes Sin Gluten: Una Delicia Ancestral del Norte de África

La repostería marroquí, con su rica historia que se remonta a siglos de tradición culinaria, nos regala hoy una joya única: las galletas marroquíes sin harina. Este tesoro gastronómico, conocido localmente como ghoriba, representa la perfecta fusión entre la simplicidad de ingredientes y la complejidad de sabores que caracterizan la cocina del Magreb.

Originarias de las antiguas cocinas de Fez y Marrakech, estas galletas surgieron como una alternativa para aquellos que celebraban las festividades durante los períodos de escasez de harina. Con el tiempo, se convirtieron en un manjar codiciado en todo el mundo árabe, especialmente durante celebraciones como el Eid y las bodas tradicionales.

Ingredientes (Para 24 galletas)

  • 250 g de almendras crudas sin piel
  • 50 g de azúcar
  • 15 ml de cacao puro en polvo
  • 8 g de polvo de hornear
  • 2 huevos medianos a temperatura ambiente
  • 5 g de canela molida
  • 100 g de azúcar glass para rebozar
  • 24 nueces enteras para decorar

Preparación Detallada

1. Preparación Inicial

Antes de comenzar, precaliento el horno a 180°C con calor arriba y abajo. Preparo una bandeja de horno con papel de hornear y la reservo. Este paso es crucial para garantizar una cocción uniforme de nuestras galletas.

2. Preparación de la Base de Almendra

Comienzo procesando las almendras en la picadora hasta conseguir una textura similar a la harina, pero teniendo cuidado de no procesar demasiado para evitar que se liberen los aceites naturales. Este paso es fundamental para lograr la textura característica de estas galletas.

3. Elaboración de la Masa

En un recipiente amplio, mezclo la harina de almendra obtenida con el azúcar y la canela molida. Integro estos ingredientes secos con movimientos envolventes para asegurar una distribución uniforme de los sabores.

Añado el cacao en polvo y el polvo de hornear, tamizándolos previamente para evitar grumos. Esta acción garantizará una textura homogénea en nuestras galletas.

4. Incorporación de Huevos

Incorporo los huevos uno a uno, mezclando suavemente después de cada adición. Trabajo la masa con las manos limpias hasta obtener una pasta manejable y homogénea. La textura debe ser similar a la de un mazapán suave.

5. Formado de las Galletas

Con las manos ligeramente humedecidas, tomo porciones de aproximadamente 25 g de masa y formo bolas uniformes. Este tamaño proporcionará galletas de un bocado perfecto.

Paso cada bola por azúcar glass, asegurándome de que queden bien cubiertas. Este detalle no solo aporta dulzura, sino que crea ese característico acabado nevado tan típico de la repostería marroquí.

6. Decoración y Horneado

Coloco las bolas en la bandeja preparada, dejando suficiente espacio entre ellas. Presiono suavemente el centro de cada galleta con el dedo y coloco una nuez en cada hendidura.

Horneo durante 12-15 minutos, vigilando atentamente. Las galletas están listas cuando presentan un ligero dorado en la base, manteniéndose claras en la superficie.

7. Enfriamiento y Conservación

Dejo enfriar completamente sobre una rejilla. Es importante no manipularlas mientras están calientes, ya que son extremadamente delicadas y podrían romperse.

Información Nutricional (por galleta)

  • Calorías: 125 kcal
  • Proteínas: 4,2 g
  • Carbohidratos: 8,5 g
  • Grasas: 9,3 g
  • Fibra: 2,1 g
  • Azúcares: 5,8 g

Consejos de Experto

  • La temperatura de los huevos es crucial: deben estar a temperatura ambiente para lograr una mejor integración.
  • El punto exacto de procesado de las almendras determinará la textura final de las galletas.
  • Es fundamental no excederse en el tiempo de horneado para mantener su característica textura fundente.
  • Se pueden conservar hasta 2 semanas en un recipiente hermético a temperatura ambiente.

Estas galletas marroquíes sin harina representan no solo una alternativa saludable a las galletas tradicionales, sino también un viaje sensorial a las medinas del norte de África. Su textura fundente y su rico sabor a almendra y especias las convierten en el acompañamiento perfecto para un té verde a la menta, siguiendo la más pura tradición marroquí.